domingo, 15 de febrero de 2015

Punto de Encaje y el arte de Ensoñar (Carlos Castaneda)


Don Juan explicó a sus cuatro discípulos que aquellos chamanes, descubrieron a través de prácticas insondables, que los seres humanos son capaces de percibir energía directamente tal como fluye en el universo.

En otras palabras, de acuerdo con don Juan, aquellos chamanes aseguraban que cualquiera de nosotros puede interrumpir, por un momento, nuestro sistema de interpretación que convierte el flujo de energía en datos sensoriales propios de la clase de organismos que somos. Aquellos chamanes afirmaban que transformar el flujo de energía en datos sensoriales crea un sistema de interpretación que convierte la energía que fluye en el universo en el mundo cotidiano que conocemos.

Don Juan continuó aclarando a sus discípulos que una vez que aquellos antiguos chamanes hubieron establecido la validez de la percepción directa de energía, a la que llamaron ver, procedieron a refinarla aplicándosela a sí mismos.

Esto es, se percibían los unos a los otros, a voluntad, como un conglomerado de campos energéticos. Al percibirse de esta manera, los seres humanos se asemejan a unas gigantescas esferas luminosas del tamaño de los brazos extendidos, a los lados y hacia arriba.

Cuando se percibe a los seres humanos como un conglomerado de campos energéticos, se puede también distinguir un punto de intensa luminosidad localizado a la altura de los omóplatos, más o menos a un metro de distancia detrás de éstos. Los videntes del México antiguo que descubrieron este punto luminoso lo llamaron el punto de encaje, debido a que concluyeron que es ahí donde se efectúa la percepción. 

 Ayudados por su capacidad de ver, se dieron cuenta de que en este punto luminoso, ubicado en el mismo sitio para todos los seres humanos, convergen cantidades astronómicas de filamentos luminosos que son los campos energéticos que constituyen el universo en general. Al converger en este punto, se convierten en datos sensoriales que pueden ser utilizados por los seres humanos en cuanto organismos.

Utilizar energía convertida en datos sensoriales era considerado por aquellos chamanes como un acto mágico: la energía es transformada por el punto de encaje en un mundo verdadero e inclusivo en el que los seres humanos, en su calidad de organismos, pueden vivir y morir. Aquellos chamanes atribuían el acto de transformar el flujo de energía pura en el mundo que percibimos, a un sistema de interpretación.

Su avasalladora conclusión - avasalladora para ellos, por supuesto, y quizá para todos aquellos que tengan la energía suficiente como para prestar atención - fue que el punto de encaje no es únicamente el lugar donde se efectúa la percepción, al convertir el flujo de energía pura en datos sensoriales, sino que también es el lugar donde se realiza la interpretación de dichos datos.

Su siguiente y avasalladora observación fue que el punto de encaje se desplaza de su posición habitual, de una manera muy natural, durante el sueño. Descubrieron que cuanto mayor es este desplazamiento, más extraños son los sueños que lo acompañan. Aquellos chamanes pasaron de estas observaciones realizadas como videntes, a la acción pragmática de desplazar voluntariamente el punto de encaje. El arte de ensoñar es el nombre que le dieron al resultado de estas prácticas. 

Definieron el arte de ensoñar como la utilización pragmática de los sueños ordinarios para crear una entrada a otros mundos, por medio del desplazamiento voluntario del punto de encaje y el acto de mantenerlo fijo en la nueva posición, también a través de un acto voluntario.

Las observaciones de aquellos chamanes, al practicar el arte de ensoñar, eran una mezcla de raciocinios y de ver energía directamente tal como fluye en el universo. Se dieron cuenta de que en su posición habitual, el punto de encaje es el lugar donde converge una minúscula porción de los campos energéticos que forman el universo; pero si el punto de encaje cambia de posición dentro de la esfera luminosa, otra porción mínima de campos energéticos converge en él.

El resultado es una nueva afluencia de datos sensoriales: campos de energía diferentes de los habituales son convertidos en datos sensoriales, y estos diferentes campos energéticos son interpretados como un mundo distinto.

El arte de ensoñar se convirtió en la práctica más absorbente de aquellos chamanes. En el curso de esta práctica, experimentaron estados de destreza, valor y bienestar físico sin igual. Al tratar de trasladar estos estados a sus horas de vigilia, descubrieron que podían repetirlos si ejecutaban ciertos movimientos corporales. Sus esfuerzos culminaron con el descubrimiento y desarrollo de un gran número de movimientos a los que llamaron pases mágicos.

Los pases mágicos de aquellos brujos del México antiguo se convirtieron en su posesión más preciada. Los rodearon de rituales y de misterio, y los transmitían únicamente a sus iniciados, envueltos en el más absoluto secreto.

Ésta fue la manera en que don Juan Matus se los transmitió a sus cuatro discípulos, quienes, al ser los últimos eslabones de su linaje, llegaron a la unánime conclusión de que su interés era hacer el mundo de don Juan accesible a quienes quisieran conocerlo. Por lo tanto, decidieron rescatar los pases mágicos de su estado secreto y ritual. 


Moviendo el punto de encaje uno puede experimentar diferentes situaciones de consciencia alterada que pueden ser positivos para un incremento de la consciencia. Se dió cuenta que en el desarrollo y ampliación del punto de encaje se encontraban diferentes perspectivas que validaban la existencia de diferentes planos de consciencia. Estos planos se encontraban siempre en la realidad cotidiana, solamente que no podemos percibirlos. El desarrollo de la consciencia se encuentra determinada por el punto de encaje o punto en donde el alma se asienta.



viernes, 13 de febrero de 2015

TEORÍA DEL PUNTO DE ENCAJE CORREGIDA












1- El Universo está constituido en su Totalidad y únicamente por emanaciones, comandos o cuerdas semejantes a filamentos de luz, que se extienden a todo el espacio y el tiempo.

2- Estas emanaciones, comandos o cuerdas emanan de la Teoría General, la cual existe por, se desarrolla en, o alimenta de la organización o conciencia de estas emanaciones, comandos o cuerdas.

3- Lo que interpretamos como partículas materiales son vibraciones que se transmiten a lo largo de estas emanaciones, comandos o cuerdas; y lo que interpretamos como materia es una forma de organización o conciencia de estas partículas materiales o vibraciones.

4- Los seres conscientes estamos constituidos por estas emanaciones, comandos o cuerdas más o menos organizadas o conscientes, y encerradas en un receptáculo. En particular, en los seres humanos este receptáculo es una bola luminosa del tamaño de una persona con los brazos extendidos hacia arriba y hacia los lados.

5- De la infinidad de emanaciones, comandos o cuerdas que atraviesan el receptáculo en los seres con cierto grado de organización o conciencia, sólo un pequeño número de ellas están encendidas por un punto de brillantez. Cuando las emanaciones, comandos o cuerdas están encendidas, son percibidas por el ser consciente; cuando las emanaciones, comandos o cuerdas no están encendidas, no son percibidas por el ser consciente. Así, este punto de brillantez recibe el nombre de punto donde encaja la percepción o, simplemente, punto de encaje.

6- La percepción o encendido de las emanaciones, comandos o cuerdas se produce por la presión o intromisión del intento, es decir, es el intento lo que hace posible la percepción.

7- El punto de encaje puede desplazarse de un lugar a otro dentro e incluso fuera del receptáculo. El ser consciente percibe un mundo que se presenta completo con las emanaciones, comandos o cuerdas encendidas por el punto de encaje. Cuando el punto de encaje enciende, por su desplazamiento, emanaciones, comandos o cuerdas distintas, el ser consciente percibe un mundo distinto, que también se presenta como completo, incluso un universo distinto.

8- Es posible, para los seres humanos, llegado cierto nivel de destreza en el desplazamiento del punto de encaje, extender éste a todas las emanaciones, comandos o cuerdas dentro de la bola luminosa, de manera que todas ellas quedan encendidas. Esta maniobra produce un cambio en la naturaleza del ser humano que la realiza, y constituye un modo de aplazar la muerte por algún tiempo. El nuevo estado alcanzado de este modo se llama Conciencia Total.


El pensamiento mueve el punto de encaje.

La atención es el fenómeno por el cual el Universo se hace una idea de sí mismo, los seres atentos somos el modo en que esto está ocurriendo, y el mecanismo es la razón. La razón sigue la continuidad matemática del Universo, de manera que puede darse cuenta de cómo es el Universo.
Básicamente todos los seres vivos mantienen fijo su punto de encaje. El pensamiento es el ejercicio de la razón, es seguir la continuidad matemática del Universo, y es el modo de encender nuevos comandos de la Teoría General, hacerlos conscientes. En fin, el pensamiento mueve el punto de encaje suave y progresivamente. Y en esto consiste la atención, en hacerse consciente de los comandos de la Teoría General moviendo el punto de encaje y realizar una idea del mundo con estos datos. Y así ha sido por 4 ó 5 millones de años en nuestro universo, desde que un mono se puso de pie, hasta el punto crítico llamado la razón.

Fragmento del Libro “Llegando al Paraíso” de Jesús Estrada