Desde la ciencia nos lo venden al Sol como
un gran orbe incandescente, una gran amenaza, un riesgo latente y desconocido.
Sus tormentas y eyecciones son tomadas como un ataque, como un riesgo para
civilización y nuestra propia salud (en realidad solo pone en riesgo su
sistema). Hemos comprado muchos falsos conceptos que otorgan al sol propiedades
muy contrarias a las reales. El sol da cáncer, nos quema la piel, nos deja
ciegos… infinidad de conceptos erróneos y sin fundamento. El sol no da cáncer,
todo lo contrario, sin el sol somos incapaces de procesar el alimento, la
radiación solar es la base de nuestra alimentación y sin su radiación nos
marchitamos, entramos en cuadros depresivos y nos apagamos lentamente. El sol
nos quema tras una exposición prolongada, sí, pero solo porque nos manipularon
para evitar nuestra exposición al sol, los melanomas, los crean los químicos
que contienen las cremas de protección solar, junto con la influencia de los
químicos que portan los alimentos procesados. El sol es nuestro aliado y
debemos preguntarnos porque de entre todos los seres que habitamos el planeta,
es la piel humana, la única que se quema al exponerse a su luz.
La radiación solar está íntimamente
relacionada con la activación pineal, sin sol esta glándula se marchita y se
atrofia, empezamos a dormir mal, a no descansar… somos seres diurnos y
necesitamos sol, como todos los seres vivos que habitan esta tierra, por muy
inteligente que te creas, tu metabolismo necesita los mismos nutrientes que una
planta, agua, sol y sales minerales. Aparte de la acción de diversos químicos
camuflados en la alimentación industrial, la falta de sol es lo que provoca que
nuestra glándula deje de funcionar correctamente, nos tapamos nuestros ojos con
gafas oscuras y cubrimos nuestras cabezas con gorras y con ello nos privamos de
los beneficios que aporta la radiación solar sobre nuestra pineal. El sol es el
peor enemigo, de nuestros enemigos. El sol, es el que nos ayudara a derrocar el
nuevo desorden mundial que nos querían implantar, es un elemento fundamental
con el que debemos empezar a contar como afín a nosotros. No es difícil
encontrar una relación en la simbología religiosa, donde el Sol y la glándula
pineal forman parte de la adoración oculta, no siendo quizás una
"adoración" sino una señal de la forma correcta de hallar la
verdadera senda, el verdadero conocimiento.
Otro de los engaños fue que nos vendieron
el sol como una inmensa bola de fuego y no es así, el sol no arde, ni tiene
ningún tipo de incandescencia, esto es bastante improbable, por no decir
imposible. El sol no es un orbe incandescente, el fuego no es un elemento
natural, por lo tanto, no existe ningún orbe que genere fuego o incandescencia,
es un orbe compuesto de distintos tipos de plasmas, aparte de esto, el sol es
una gran conciencia, que irradia toda la materia a su alcance y que gracias a
ello se crea la vida. Su radiación es vida, su energía la forma la misma
sustancia de la que estamos hechos, nosotros somos pequeños soles irradiando
energía constantemente y de forma ilimitada, por eso nos retroalimentamos con
la energía solar, por eso todos los seres vivos la necesitan y viven gracias a
ella. No confundir esto con el “sungazing” o cualquier ritual solar que nada
tienen que ver con esto. El Sol, como todo lo que existe en este planeta, puede
ser positivo o negativo dependiendo de su uso.
La energía solar es fría en su origen,
nosotros la percibimos caliente, porque nos llega tras haber atravesado nuestra
atmósfera, lo que provoca que exista fricción y las partículas irradiadas se
calienten cuando llegan finalmente a nosotros totalmente ofuscadas. Si fuera
caliente como creemos comúnmente, los astronautas no tendrían que protegerse de
las bajas temperaturas que hay en el espacio abierto. A mayor altitud menos
fricción encuentra la radiación, por lo tanto, menor temperatura, esto es algo
que no necesita ningún estudio, es puro sentido común, que la luz solar nos
llegue caliente es solo la consecuencia de la fricción al entrar en nuestro
entorno, igual que cualquier objeto que entre en nuestra atmósfera acabara por
calentarse y finalmente desintegrarse debido a esta fricción, algo así como un
efecto lupa.
El sol es el elemento principal que provocara
el cambio de conciencia en el Ser humano, su radiación ira creciendo
exponencialmente y sus tormentas provocaran eyecciones superiores a las
registradas, seremos irradiados irremediablemente y nada podrá evitar esto.
Solo los que vivan en el miedo y el apego a la materia, serán incapaces de
modificar su estructura conciencial y preferirán ser evacuados o vivir en una
cueva. Una vez seamos bañados por esa luz, se activarán todas nuestras
glándulas cerebrales, se activará nuestro ADN y catalizaremos de distinta forma
la energía que recibimos y emitimos, ya no seremos emisores de baja frecuencia,
por lo tanto, ya no seremos un recurso aprovechable, para los entes regresivos
que nos pastorean. Las bajas emisiones basadas en el miedo, la ira o la rabia,
dejaran de pertenecernos, nos desprenderemos de todas las bajas emociones y sus
bajas emisiones, cambiaremos de frecuencia y nos transformaremos completamente,
despertando por fin todas nuestras capacidades castradas.
Por fin nos saltaremos todos los controles.
Tras la vida física, nuestra conciencia volverá a unirse a la conciencia solar,
que es nuestro padre. El sol siempre fue adorado como un Dios en la antigüedad,
porque es nuestra conciencia padre, igual que nuestro planeta es nuestra
conciencia madre. Nos impidieron volver al sol reencarnando inútilmente una y
otra vez, en un ciclo artificial, que caerá y propiciará que volvamos a unirnos
con la conciencia solar que baña nuestros amaneceres físicos. Nos tumbamos al
sol instintivamente, sin percatarnos que añoramos su abrazo, su caricia en la
piel, su calor real.
Esto no será general, aunque nos afecte
directamente a todos, todos no mutaremos, debido a que muchos aún viven
operativos únicamente gracias a su cerebro reptil. Viven conformes a las formas
más primarias de existencia, las más instintivas, las más básicas. La
territorialidad, la supervivencia, la competitividad y la filiación, aun forman
parte de ellos y no comprenderán este salto. Unos recibirán y aceptaran la
verdadera luz que llega a ellos, y otros la temerán y se refugiaran de ella.
Posteriormente una vez amaine la tormenta, aquellos que prefirieron no afrontar
su miedo, tendrán que esperar al próximo episodio lo que quizás les acarreé una
espera de miles de años, pero esto da igual al fin y al cabo no existe el
tiempo ¿no?
Quizá esto sea solo una creencia personal
sin fundamento, una conjetura, algo que ni siquiera podría ser llamado
hipótesis, porque estamos tan empapados de hechos futuribles, que finalmente no
llegaron, que pensar que algo tan sencillo como transformarnos al sol, no puede
ser tomado en cuenta y es lógico pensar así. Nada ni nadie deben convencerte de
ninguna verdad, esto es solo una apreciación y si al final el sol es nuestro
hogar, nuestro remanso tras la muerte, es algo que con el tiempo se verá. La
luz verdadera, la luz que irradiamos es tomada de la fuente, pero nadie te dijo
de donde manaba esa energía, no nombraron esa conexión, nos la describieron,
pero jamás la ubicaron, como pensar que algo que está ahí encima nuestro a
diario es el nudo neuronal al que estamos unidos, es el núcleo más próximo que
nos une a Dios. Esa conciencia que llamamos Sol es el fractal divino más
evidente, el a su vez está conectado al nudo solar de la galaxia y este a su
vez al nudo solar del universo. La matriz universal es tal cual, a una red
neuronal, nosotros somos nodos interconectados a un nodo principal y a su vez
este a otros. La física más avanzada nos expuso esto, porque seguimos pensado
que la espiritualidad no es física, porque seguimos creyendo que una vez
dejamos este plano físico, nos vamos a otra dimensión, cuando quizá no es así,
el espacio es el mismo y el entorno en el que nos movemos también.
Cuando acabes de rendir cuentas aquí, cuando
tu trabajo aquí se haya finalizado, la única luz a la que debes partir es a la
que emite el Sol, que es la conciencia que rige nuestro sistema, es desde donde
podrás partir al lugar del que viniste si así lo deseas, allí recobraras tu
memoria, tu verdadera identidad y tu verdadera esencia, desde allí volverás a
Ser. Anatemizaron el sol, nos despegaron de él, nos obligaron a temerlo, a
rehuirlo. Utilizaron toda la tecnología a su alcance para evitar que su luz
llegara a nosotros, encapotaron los cielos, nos obligaron a defendernos de un
ataque que jamás existió. El sol es más que una estrella, es una puerta abierta
al cosmos y es a él, donde debemos enfocar nuestra voluntad a la hora de
partir.
La Cosecha de Almas - Rubén Torres Sierra