El patrón conductual es una placa energética que está
ubicada en la superficie de las esferas mentales, en la parte superior del
cuerpo calloso, y consiste en una laminilla de seroglobulina beta.
Dicha
laminilla se subdivide en ocho filas y ocho columnas, formando un total de 64
casillas que cumplen una labor específica, y está formada por tres capas o
niveles: el nivel externo o de registro, el nivel medio o de interpretación y
el nivel inferior o de conexión.
El patrón conductual es la lente a través de la cual
interpretamos las diferentes situaciones.
Tablero-rúnico
¿Cual es la función de este tablero rúnico insertado en
nuestra mente? Estamos de acuerdo en que todo lo que acontece en nuestro medio
ambiente nos afecta según como lo valoremos cada uno, ya que una situación que
para una persona es completamente normal, para otra no lo es; para el nudista
es normal estar desnudo en una playa, pero para una persona puritana, sería el
colmo de la inmoralidad y ninguna entenderá a la otra, pues cada uno piensa
tener la razón.
Grabando las runas
Del mundo que nos rodea recibimos toda clase de estímulos
desde nuestro nacimiento, por medio de nuestros sentimientos y emociones;
igualmente, del medio ambiente, ya sea éste familiar, escolar, religioso o
social. Estos estímulos se convierten en impulsos electrónicos que se graban en
la laminilla de seroglobulina; donde quedan registradas todas nuestras
impresiones y experiencias en el mundo material. Estas grabaciones se registran
en forma de símbolos, que se denominan Runas. Encontramos allí las runas que
corresponden al nivel del hombre “común”, cualquiera de nosotros, ocupando las
48 primeras casillas. De igual manera aparecen allí 16 casillas que
corresponden a las runas del nivel llamado “SUPERHOMBRE”, un siguiente nivel
evolutivo.
Entonces, de los tres niveles que tiene cada runa, el nivel
externo es aquel que registra la información en bruto, las señales recibidas de
los estímulos externos de los sentidos. El nivel medio o de interpretación es
aquel que se ocupa de asociar y decodificar la información recibida por el
primer nivel, y el nivel inferior o de conexión es el encargado de conectar los
canales aferentes (anatomía biológica o energética que transmite un impulso
desde una parte del organismo a otra del mismo organismo) o eferentes (anatomía
biológica o energética que trasmite impulsos hacia afuera desde una parte del
organismo a otras que se consideran periféricas con respecto de ella) con la
memoria celular, registro hormonal, central de archivos volitivos (arquetipos
que manejan la voluntad) y memorias védicas de la persona.
Cambios periódicos en las runas
Las runas van grabando y descargando información cada 7
años. Estas grabaciones se hacen de 7 en 7 casillas, rellenando la plantilla
hasta la sexta línea, y dejando la octava columna de cada línea libre para
resúmenes de la información grabada. Cada 7 años se descarga hacia la librería
de horizonte, “registro akashico” o memoria védica de la persona ese resumen,
liberando nuevamente las casillas para recibir nueva información. Es decir: la
primera fila de ocho runas se graba en los primeros siete años; la segunda
grabación se hace entre los ocho y catorce años correspondiendo a la segunda
fila; la tercera grabación entre los quince y veintiún años; la cuarta entre
veintidós y los veintisiete años, y así sucesivamente hasta completar los
cuarenta y ocho del nivel de una persona normal.
En la parte inferior del entramado vemos dos líneas de
casillas que están en blanco, que no tienen ninguna grabación, y son utilizadas
para hacer grabaciones de la expansión de la consciencia, aunque algunos quizás
ya tengan alguna grabación en esos sectores reservados. Aquí van entrando los
nuevos parámetros de todo aquello que adquirimos cuando evolucionamos.
Esta placa energética o patrón de conducta puede venir
“limpia” al nacer o con grabaciones de existencias anteriores o posteriores que
utilizamos de forma instintiva. Este patrón conductual se fue formando desde
los inicios de la creación del Ser y cuando nos desconectamos de nuestro cuerpo
físico, el alma se lleva el patrón de conducta consigo intacto, tal cual fue
grabado. Igualmente en la gestación del cuerpo físico, estos patrones de
conducta comienzan a grabar a través de los patrones de conducta de la madre,
experiencias subjetivas positivas o negativas que formarán la base conductual
al momento de nacer. Estas grabaciones pre-parto son las que marcarán la
posterior base conductual del individuo, su genética psíquica natural o
personalidad raíz de la consciencia artificial.
El proceso de grabación
La forma de grabar las runas se basa en un proceso de
imágenes o símbolos simples asociados a los paradigmas y arquetipos implantados
o construidos por nosotros. Cada símbolo representa una asociación de ideas y
conceptos que generan un estímulo emocional específico, que combinados dan
forma a la idea o reflejo mental de un suceso experimentado en algún momento de
nuestra existencia. Por ejemplo, si en nuestra niñez tuvimos una experiencia
traumática relacionada con un animal, el suceso grabará en la runa la imagen
que asociamos con ese animal, que no siempre tiene que ver con el animal en sí,
sino con lo que este representa, por ejemplo, la violencia o agresividad
suscitada, siendo diferentes estas imágenes para cada individuo. Estas imágenes
no son específicamente detalladas al contenido o acontecimiento del suceso,
sino que representan la forma energética del suceso, así que la violencia o
agresividad ocasionada por el animal que perturbó emocionalmente al sujeto en
su niñez, puede ser simplemente un símbolo geométrico combinado, que reacciona
a una palabra o un número.
Todo deja una impronta o huella en nuestros patrones de
conducta
Así, la runa es la condensación de cargas eléctricas y
electromagnéticas que se imprimen por causa de una descarga de energía positiva
o negativa, de acuerdo al impulso registrado a través de los cinco sentidos.
Una vez impreso el estímulo, estos sellos actúan como filtros para interpretar
estímulos neuroeléctricos externos.
Las runas, como decíamos, se establecen a través de los
sentidos; el primer sentido que comienza a grabar es el oído y es el último que
deja de grabar o funcionar al morir. Posteriormente comienza a entrar en acción
el sentido de la vista; cuando el niño comienza a procesar información
interesándose por todos los objetos materiales y las personas que lo rodean.
Después comenzará a grabar por el tacto y prestará atención a todo lo que pueda
sentir y palpar.
Posteriormente comenzará a grabar a través del olfato, y a
distinguir los diferentes sabores y olores; por último le dará gran importancia
al sentido del gusto.
1. Capa de seroglobulina
| 2. Runa | 3. área de
interpretación | 4. Conexión a los canales
En la superficie de nuestro patrón , encontramos la capa de
seroglobulina Beta. La segunda, sería la Runa en sí, la cual está grabada en
bajo relieve. El tercer estrato o capa corresponde al área de interpretación de
estímulos y por último encontraremos la conexión con los canales aferentes y
eferentes.
Diseccionando el patrón conductual
Para cada una de las casillas o runas, el patrón base está
rodeado de varias capas concéntricas, que si las viésemos, partiendo de la
externa a la central, en la más externa están las memorias védicas y atávicas,
donde se encuentran los patrones de conducta instintiva que hemos elaborado
hasta nuestro actual nivel evolutivo. La segunda capa contiene el control de
actos volitivos, aquellos en que interviene nuestra voluntad, o deseo
consciente de actuar, es decir, nuestro libre albedrío. La tercera es la capa
de memorias donde están las experiencias grabadas a través de autoimágenes de
actos positivos o negativos, como por ejemplo: el caso de un niño al que se le
obligó a tomar sopa, creando un rechazo hacia la sopa que perdurará toda su
vida. En la cuarta capa está el área de regulación hormonal, la cual actúa con
nuestros siete chakras en conexión con nuestro patrón emocional, y también
relacionado con las glándulas endocrinas. La quinta capa está formada por los
sellos eléctricos, los cuales una vez grabados, actuarán como filtros para
interpretar los estímulos neuro-eléctricos externos.
En resumen
Todos nuestros comportamientos automáticos y formas de
percibir el mundo dependen en un alto grado de los patrones grabados en las
runas. Cuando por ejemplo, en un aeropuerto nos implantan un control de
seguridad, y de forma inconsciente nos sometemos al mismo, estamos grabando un
programa de sumisión a la autoridad. Decenas de actividades que vemos por ahí,
y decenas de “modas” que van saliendo tienen por objetivo grabar en la gente
ciertas runas con ciertos patrones, de forma que, sin darnos cuenta, nos comportamos
de una determinada forma porque automáticamente así lo dicta la “tabla” de
comportamientos que poseemos en nuestras esferas mentales. Este patrón conductual, que, afortunadamente, podemos regrabar con nuestra esencia o mónada, no teniendo
porque llevar a cuestas programas que no nos interesa o sirven para nada.
CÓMO SE GRABAN ELÉCTRICAMENTE LAS RUNAS
Se graban por los impulsos eléctricos que recibimos por los
cinco sentidos, los cuales, según la descarga eléctrica dibujarán en la
laminilla una figura símbolo que establece eléctricamente el patrón de
comportamiento del individuo. Si la descarga es positiva, cuya línea eléctrica
se propaga en forma circundante, producirá una impresión circular; si es de
polaridad negativa, la cual se propaga en forma rectilínea, perforará el sello
o runa en forma de líneas o rayitas.
LAS RUNAS MAL GRABADAS PUEDEN IMPEDIR EL CRECIMIENTO INTERNO
Veamos ahora el perjuicio que representa una runa mal
grabada. En psicología se les denomina traumas. El planeta entró en su nueva etapa evolutiva de SUPERHOMBRE, que se
diferencia del hombre, porque este último sólo tiene conciencia de intelecto;
en cambio el primero comienza a tener conciencia, de su YO interno, de un YO
inmortal; su parte espiritual o YO SUPERIOR.
Imaginémonos que a una persona se le ha educado en el “temor” a Dios y se le ha dicho que el que se porta mal, se lo lleva el diablo. Esta persona tiene esa RUNA mal grabada, y toda experiencia espiritual la interpretará a través de ese “cristal”. Solo por consecuencia natural del grado evolutivo mental en que se encuentre, su YO SUPERIOR le hablará, o se le manifestará, esta persona vería a esta realidad como una manifestación del demonio, en cuya existencia le han hecho creer, y podría, en virtud de su mala interpretación, desperdiciar y hasta anular la vivencia de esta realidad.
“El mal es un mito; estos son dioses hechos de aire y vestidos con la sombra de un pensamiento”.
“El único diablo del que el hombre debe redimirse es de Ego, su yo inferior.
Si el hombre ha de encontrar al diablo, tiene que buscarlo dentro de sí mismo, su nombre es EGO”.
“Si el hombre ha de encontrar a su salvador, tiene que buscarlo dentro de sí mismo; y cuando el ego o demonio, ha sido destronado, el AMOR será exaltado al trono del poder”, “ninguna circunstancia externa te afecta por lo que es en sí, sino por la interpretación que tú le des a ella”.
Imaginémonos que a una persona se le ha educado en el “temor” a Dios y se le ha dicho que el que se porta mal, se lo lleva el diablo. Esta persona tiene esa RUNA mal grabada, y toda experiencia espiritual la interpretará a través de ese “cristal”. Solo por consecuencia natural del grado evolutivo mental en que se encuentre, su YO SUPERIOR le hablará, o se le manifestará, esta persona vería a esta realidad como una manifestación del demonio, en cuya existencia le han hecho creer, y podría, en virtud de su mala interpretación, desperdiciar y hasta anular la vivencia de esta realidad.
“El mal es un mito; estos son dioses hechos de aire y vestidos con la sombra de un pensamiento”.
“El único diablo del que el hombre debe redimirse es de Ego, su yo inferior.
Si el hombre ha de encontrar al diablo, tiene que buscarlo dentro de sí mismo, su nombre es EGO”.
“Si el hombre ha de encontrar a su salvador, tiene que buscarlo dentro de sí mismo; y cuando el ego o demonio, ha sido destronado, el AMOR será exaltado al trono del poder”, “ninguna circunstancia externa te afecta por lo que es en sí, sino por la interpretación que tú le des a ella”.
“Dios nunca creó el
cielo para el hombre; ni hizo jamás infierno; Nosotros mismos somos creadores y
hacemos los nuestros propios”.
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